WILLIAM LINDSAY GRESHAM | El callejón de las almas perdidas
«El callejón de las almas perdidas combina el espeluznante mundo de la película de Tod Browning La parada de los monstruos con el implacable cinismo de una novela de Jim Thompson.» Time
«El señor Gresham mete al lector en medio de su macabra y absorbente novela, y lo mantiene sin aliento hasta que el viaje ha terminado.» James MacBride (The New York Times)
El callejón de las almas perdidas comienza con la descripción de un abyecto espectáculo de feria cuyo principal reclamo es «el monstruo», alguien que ha caído tan bajo que está dispuesto a humillarse, por un trago de whisky, delante de un público ávido de sensaciones extremas. El joven Stan Carlisle, que trabaja en una feria ambulante, está convencido de que nunca acabará así. Es inteligente y ambicioso, y pronto descubre que puede engañar a cualquiera encontrando su punto débil. En poco tiempo se convertirá en un mentalista de primera, pero triunfar timando a pobres desgraciados no es suficiente para Stan, que decide establecerse como falso reverendo y médium para estafar a ricos desesperados que ansían comunicarse con difuntos queridos a cualquier precio. Parece que Stan tiene el mundo a sus pies y que nada ni nadie puede detenerlo… al menos por ahora.
William Lindsay Gresham se graduó en 1926 y, ante la imposibilidad de encontrar un empleo fijo, trabajó una temporada como cantante folk en Greenwich Village. En 1937 participó como voluntario en la Guerra Civil Española, donde ejerció de médico en el bando republicano. Dos años después regresó a los Estados Unidos y pasó una temporada en una clínica para tuberculosos. Sus demonios interiores le llevaron de creencia en creencia: marxismo, psicoanálisis, cristianismo y budismo. Pese a sus problemas con el alcohol, Gresham escribió en 1946 su obra maestra: El callejón de las almas perdidas, un clásico underground de la literatura norteamericana. La novela, adaptada al cine en 1947 con Tyrone Power como protagonista y en 2021 por Guillermo del Toro, proporcionó a Gresham fama y dinero, pero lo perdió todo. La segunda de sus tres mujeres, la poeta Joy Davidman, lo dejó en 1953 por el escritor británico C.S. Lewis, y en 1962, gravemente enfermo, se quitó la vida a los 53 años de edad en la habitación de un hotel de Nueva York. |