«El hombre tiene al enemigo en casa»
Se arriesga así a penetrar en el misterio de sus orígenes, encadenando las crónicas de cuatro generaciones surcadas por una especie de verdad insistente y anómala. El autor gobierna a sus inolvidables personajes como cambiantes máscaras libertarias. La titanomaquia de los abuelos, judíos de Oriente y armenios del Cáucaso, cede ante la decadencia de hijos y nietos. Pero los vínculos de sangre no se rompen y atrapan al lector, que se siente en esta obra maestra, muy precisamente, como en casa.
Serguéi Dovlátov (Ufa, URSS, 1941–Nueva York, 1990) es posiblemente el más grande escritor ruso de los últimos 50 años.
En vida no llegó a publicar ningún libro en Rusia debido a la censura socialista, pero ha sido redescubierto y es enormemente popular en su país. Obsesionado por dedicar su vida a la literatura, Dovlátov emigró a EEUU en 1979 y obtuvo reconocimiento literario a mediados de los años 80 tras ser publicado por The New Yorker. Poseedor de un estilo deliberadamente simplificado pero musical y muy elaborado, Dovlátov hace gala en todo momento de un exacerbado sentido del humor.
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