Robert Crumb, dibujante superdotado y narrador impúdico, es una leyenda viva de la historia del cómic. Su obra, germen del underground norteamericano, ha conseguido ser parte incontestable de la historia del arte sin perder ni una pizca de su naturaleza subversiva.
Aline Kominsky-Crumb, también dibujante, pintora, editora ocasional y guerrera social incansable, es su esposa desde hace más de treinta años.
Juntos y a cuatro manos, dibujando cada uno el personaje de sí mismo, hacen aquí crónica de su relación y sus días, cuestionan las raíces judías de ella y la irreductible obsesión erótica de él, nos comparten su definitiva mudanza desde los ruidosos EE. UU. al prometedor sur de Francia, se analizan el uno al otro y el otro al uno y divagan, viñeta a viñeta, acerca del arte, la vida, el amor y el paso del tiempo.
Háblame de amor es un texto confesional donde Robert y Aline nos lo cuentan todo. Una excéntrica y deliciosa autobiografía en pareja que vale, como mínimo, por dos.
Robert Crumb nació en Filadelfia en 1943. En 1962 consiguió un empleo como dibujante de felicitaciones en Cleveland, Ohio, pero para entonces ya llevaba años dibujando sus propios cómics. Alentado por Harvey Kurtzman, Crumb se trasladó a Nueva York y comenzó a trabajar para Help! Por desgracia, la revista cerró. Crumb pasó una temporada dibujando trading cards y finalmente volvió a Cleveland. En 1967 se trasladó a California, donde colaboró en la revista Yarrowstalks. Su trabajo se hizo tan popular que le pidieron que creara su propio comic-book, y así nació Zap Comix. Pronto comenzaron a aparecer álbumes como Head Comix o Fritz the Cat, que le convertirían en toda una institución en el panorama underground. A día de hoy, consagrado como uno de los grandes artistas del siglo XX, Crumb vive en Francia con su familia. |