Una obra clave del underground español
Gustavo nació en 1976 de la mano de Max -hoy flamante Premio Nacional del Cómic-, para abanderarse como icono del combate, la lucha radical y la bronca en la calle. Por aquello de construir un mundo mejor mediante la acción directa.
Hubo un tiempo en que los poderes establecidos tenían motivos para preocuparse. En que los potentados que manejaban el capital vivían con la mosca tras la oreja, olfateando la gasolina de los cócteles molotov. O no. Porque lo cierto es que nunca fue así… ¡pero hubo un tiempo en que aquí se intentó la revolución!
Gustavo, activista ecologista de los que ya no quedan, revolucionó la realidad española de hace treinta años combatiendo a las nucleares, poniendo el grito en el cielo ante la injusticia, currándose algún que otro artefacto. Viviendo a la suya, pero echando un cable.
El mundo ha seguido pudriéndose sin remisión, parece que no hay manera, pero Gustavo sigue vivo en las páginas de esta obra clave del underground español.
Max (Francesc Capdevila, Barcelona, 1956) es uno de los autores de cómic más importantes de España. Iniciado en el underground barcelonés colaboró mensualmente en El Víbora, revista en la que desarrollará la mayor parte de su obra historietística. Tiene premios como el Ignatz (EE. UU., 1999), el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona (2000) y el Premio Nacional de Cómic del Ministerio de Cultura (2007) por su obra Bardín el superrealista (traducida a seis idiomas).
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