Distopía pop, nihilismo punk y feminismo ácido. Izumi Suzuki es el secreto mejor guardado de la ciencia ficción japonesa
Izumi Suzuki fue actriz, escritora, performer y figura clave de la contracultura japonesa. Su vida breve y su obra inclasificable la han convertido en una autora de culto. Aburridísima reúne siete relatos de ciencia ficción escritos en los años ochenta, por primera vez traducidos al castellano.
Con humor ácido y sensibilidad extraña, Suzuki imagina futuros desbordados por el tedio, la tecnología y las tensiones de género. En un Tokio deshumanizado, en planetas remotos o en clubs de playa donde los muebles opinan sobre s u vida amorosa, los personajes de estos relatos buscan formas de amar, resistir o simplemente distraerse del aburrimiento existencial.
Entre la distopía pop y el nihilismo punk, Suzuki reescribe la ciencia ficción desde una perspectiva crítica, feminista y profundamente irreverente. Más de tres décadas después, sus relatos siguen siendo una sacudida lúcida, una joya insólita que interpela desde los márgenes con furia vision aria.
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Izumi Suzuki nació en 1949 en la prefectura de Shizuoka, Japón. Fue una de las primeras mujeres en adentrarse en el terreno de la ciencia ficción literaria en Japón. Hoy en día está considerada una escritora de culto de la contracultura japonesa de los años setenta y ochenta.
Su primera novela, El blues de Bonnie, fue galardonada con el Premio Gendai Shinjin para autores noveles en 1969. Ese mismo año se mudó a Tokio, donde trabajó detrás de la barra en bares de alterne, como modelo de desnudo y como actriz de «cine rosa». En 1973 se casó con el saxofonista experimental Kaoru Abe, con quien tuvo una hija unos años después. Se divorciaron en 1977. En 1975, en una época en la que la ciencia ficción estaba dominada por hombres, publicó su primer relato de ciencia ficción, «Aprendiz de bruja», en la conocida revista japonesa SF Magazine. Tras la muerte por sobredosis de su exmarido en 1978, Suzuki se dedicó de lleno a la literatura, escribiendo principalmente relatos de ciencia ficción, aunque sin abandonar nunca el teatro, el cine y la televisión, lo que la ha convertido en una curiosa ventana al Japón vanguardista de los setenta. Suzuki se suicidó en su casa en 1986 a los 36 años. A partir de 1993, la editorial japonesa Buyunsha recopiló y publicó casi la totalidad de su obra.
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