«Cuando pierdes, pierdes para siempre, y cuando ganas, solo dura un segundo o dos. Así es la vida».
Jack Levitt, un adolescente huérfano, crece entre reformatorios, cárceles, los hoteles más decadentes y las subterráneas salas de billar de Oregón. Atrapado en una espiral de violencia, delincuencia y juego, conoce al que será su único amigo, Billy Lancing, un fugitivo negro con un talento especial para el billar. Tras cometer un delito que no sale según lo planeado, ambos emprenden caminos muy distintos, pero la fatalidad, como una nube oscura y amenazadora que crece en el horizonte, los hará reencontrarse.
Publicada en 1966, Caía una lluvia intensa es la obra maestra de Don Carpenter y una de las novelas americanas más importantes del siglo XX. Relegada al olvido durante muchos años, esta historia cruda y dostoievskiana sobre crimen, castigo y redención ha sido una de las recuperaciones literarias más extraordinarias de los últimos tiempos.
Don Carpenter nació en 1931 en Berkeley, California, y creció en la costa oeste. Sirvió en las fuerzas aéreas del Ejército de Estados Unidos, y fue destinado a Japón en el marco de la guerra de Corea. Allí escribió en la revista militar Stars and Stripes. Tras licenciarse del Ejército estudió en la Universidad de Portland, se casó con Martha Ryherd, con quien tuvo dos hijas, Bonnie y Leha, y la familia se instaló en Mill Valley, un pueblo cerca de San Francisco. Enseñaba inglés cuando, en 1966, publicó su primer libro, Caía una lluvia intensa / No parava de ploure. Aunque la novela fue admirada por críticos y escritores, en vida del autor nunca alcanzó un éxito masivo entre los lectores. Carpenter empezó a trabajar escribiendo guiones cinematográficos para Hollywood, como el de Día de paga (1973). Sus novelas de aquella época, como Un par de cómicos (1979), están relacionadas con el mundo de Hollywood. En 1984 el suicidio de su amigo, el también escritor Richard Brautigan, lo impactó mucho y, un año después, publicó La promoción del 49. Asediado por diferentes problemas de salud que lo llegaron a incapacitar, incluyendo tuberculosis, diabetes y glaucoma, en el verano de 1995 Carpenter se suicidó de un disparo.
|