Seúl, en un futuro lejano. Tres tramas paralelas que acabarán entrelazándose: una científica lleva a cabo un experimento de alto riesgo y de consecuencias funestas; un médico se hace cargo de un bebé monstruo y necesitará droga dura para sobrellevarlo; una pareja se encuentra en la carretera con una mujer de piel verde... Los destinos de estos extraños personajes se entrecruzarán inexorablemente, en un movimiento circular imparable, haciendo encajar al milímetro todas las piezas de un guión de lo más insano.
Celdas de aislamiento, jeringuillas, experimentos obscenos... Después de su gran debut con Tú me has matado, David Sánchez vuelve a las carreteras desiertas y a las historias enfermizas circulares, para sumirnos esta vez en un entorno médico espeluznante, poblado de personajes perturbados e insanos, bebés monstruos y doctores escalofriantes.
Si David Sánchez exploraba en Tú me has matado el tema de la religión, y su faceta más oscura, en No cambies nunca es el mundo de la ciencia, que le fascina, y su lado más escalofriante: experimentos amorales, transformaciones sexuales, degeneraciones incontrolables...