Es Pop se enorgullece de presentar en castellano la primera biografía de Robert Crumb, uno de los nombres más representativos de la contracultura y uno de los artistas más profundos e influyentes del siglo XX, cuyas historietas radicalmente honestas y meticulosamente ilustradas han inspirado no sólo a varias generaciones de lectores y autores de cómic, desde Art Spiegelman a Alison Bechdel, sino que ejercieron un poderoso efecto sobre la cultura que ha acabado yendo mucho más allá del mundo de la viñeta.
A Robert Crumb se le atribuye con frecuencia haber transformado el cómic estadounidense en un medio apropiado para expresar contenidos adultos, afianzándolo como punta de lanza de la contracultura, sentando en el proceso las bases de la industria del comix underground y estableciendo una estética tan instantáneamente reconocible, popular e icónica como la de Walt Disney o Charles Schulz. Ahora, por primera vez, Dan Nadel, comisario artístico y ensayista especializado en historieta, retrata en profundidad el modo en el que este complicado artista sobrevivió a los maltratos de su infancia, la fama repentina en su juventud y la continua pugna con sus obsesiones hasta conseguir salir indemne de todo ello.
Más que simplemente la biografía de un dibujante icónico, Crumb es la historia de una vida intensa y compleja a la vanguardia de la contracultura y la cultura popular de los Estados Unidos desde finales de la posguerra. Incluyendo cuarenta y cinco ilustraciones en blanco y negro y un cuadernillo de dieciséis páginas en color dedicado a recuperar imágenes tanto célebres como desconocidas, Crumb aborda, entre otras cuestiones, las presiones de la Norteamérica suburbana de los años cincuenta y la vida familiar extremadamente disfuncional que marcó la infancia del artista; la historia del cómic y la sátira gráfica; la música popular del siglo XX; el mundo de la contracultura y el nacimiento de los tebeos underground en los años sesenta en San Francisco gracias al lanzamiento de Zap Comix; los desafíos económicos planteados por la independencia, la disolución del sueño hippie y su asimilación y explotación por la industria mayoritaria; la violencia sexual y racial que la generación de Robert pretendía dejar atrás… Crumb se abrió camino a través de todo ello, grabando a fuego sus historietas en la mente de un público internacional. Si su mensaje urgente no hubiera arraigado en su momento, resultaría imposible concebir un mercado de novelas gráficas como el contemporáneo; sin su obra empeñada en derribar tabúes, bellamente dibujada e inventiva en lo formal, no tendríamos un Maus, un Persépolis, un Fun Home.