Piero, Sara, Mei, Arnold y Driss consiguieron despedirse de los templarios del futuro y efectuar el salto temporal. Pero, en lugar de volver a su presente, aterrizan en 2112, en un parque de atracciones en ruinas. Descubren entonces con asombro que la tierra ha vivido un apocalipsis terrible que los hombres, demasiado obsesionados con sus mundos virtuales conectados, no han podido evitar. Nuestros cinco protagonistas se verán de repente atrapados entre dos grupos de supervivientes: unos se mantienen defensores de la tecnología todopoderosa, otros son partidarios de plantar la semilla de un mundo nuevo… Una situación que poco a poco estrechará los lazos de un grupo que no tenía razón de ser y que se presenta como una premisa complicadísima para conseguir su meta: volver a casa.
Los temas abordados en el primer tomo siguen presentes: el acoso, la amistad, la responsabilidad, los trastornos alimenticios. En una entrevista a RTVE.es, Damián Campanario explica que “la idea principal del cómic es la de reflejar cómo el poder del grupo puede contra cualquier abuso. Queremos hablar de la fuerza de la amistad y de cómo es más fácil salir de situaciones difíciles colaborando. Como educador social, también me interesaba reflejar que detrás de un joven que acosa a los compañeros hay alguien que sufre, que tiene problemas en su entorno socio familiar que lo han empujado a ser como es. (...) También necesita ser escuchado”.
Profundizando en estas cuestiones, Perdidos en el futuro 2. Atrapados intenta hacer sonar la voz de alarma sobre las derivas de la digitalización generalizada, sin desechar las notas de humor que ponen personajes como Alain el jardinero o la pequeña Matilda. Todo ello en el marco de un universo que bebe de Mad Max donde lucen los espectaculares diseños y colores de Álex Fuentes.