El ensayo teórico que es el testimonio del nacimiento del “humor inglés”
Las primeras palabras de su Ensayo sobre la comedia podrían referirse perfectamente a su propio destino: las buenas comedias son raras, el poeta cómico no aparece con frecuencia y, cuando lo hace, carece de semejantes, porque se requiere una sociedad de hombres y mujeres cultivados, en la que las ideas fluyan y las percepciones sean rápidas, con un grado moderado de actividad intelectual, que lo hagan posible. La risa, añadía Meredith, exige la delicadeza más sutil. La menor desigualdad -entre clases o entre sexos, entre los seres humanos quienesquiera que sean y dondequiera que se encuentren- es fatal para la comedia, pero no lo es menos una igualdad mantenida artificialmente en los peldaños inferiores de las posibilidades humanas.
George Meredith (Portsmouth, 1828 - Box Hill, 1909) fue uno de los novelistas y poetas de la literatura victoriana más apreciados por escritores como Virginia Woolf, Oscar Wilde o James Joyce.
Autor de un veintena de novelas, Meredith recurría al espíritu cómico para criticar la sumisión de las mujeres en la época victoriana y para reírse del esnobismo, la pedantería, la ignorancia.
Sucedió a Alfred Tennyson como presidente de la Society of Authors y, en 1905, fue condecorado por Eduardo VII con la Orden del Mérito del Reino Unido.