Un tipo está tan solo que adopta a un pingüino. Luego, por otros motivos, se ve envuelto en una conspiración. Y ahí sigue el pingüino.
Una novela negra de humor melancólico.
Imaginen si se siente solo que decide adoptar a un pingüino. No sabe que este nuevo compañero de piso, Misha, también está deprimido: suelta suspiros melancólicos cuando chapotea en la bañera de agua helada y se encierra en la habitación como un adolescente. Ahora Viktor no solo está triste, sino que debe consolar a su amigo. Y además alimentarlo. Todo se complica cuando un gran periódico le encarga escribir esquelas de personajes públicos que aún están vivos. Parece una tarea fácil. Pero no lo es: los protagonistas de sus necrológicas empiezan a fallecer en extrañas circunstancias poco después de que escriba sobre ellos. Misha y Viktor se ven atrapados en una trama absurda y violenta.
Andrei Yuyevich Kurkov nació un 23 de abril (Día del Libro y de Sant Jordi) en Leningrado. Hijo de un piloto de pruebas y de una doctora, empezó a escribir a los siete años cuando murieron dos de sus tres hámsters y decidió dedicarle un poema sobre la soledad al superviviente. En aquella época, un fruto más de su educación soviética, aún dedicaba textos a Lenin. Más adelante, trabajó como traductor de japonés y eso le valió un lugar en la KGB y en la policía. En la época como vigilante de prisiones en Odesa escribió sus primeras obras infantiles. Su primera novela para adultos se publicó dos semanas antes de la caída de la Unión Soviética, gracias a su inmersión en el mundo de la autoedición y distribución (él mismo organizó el reparto por Ucrania). Traducido a treinta y siete idiomas, ha publicado diecinueve novelas, nueve libros infantiles y hasta veinte documentales televisivos, además de trabajar como comentarista de la realidad ucraniana en medios de todo el mundo. |