La última novela que escribió Thomas Bernhard es su obra magna, la que reúne todo lo mejor de un escritor incomparable.
«Extinción representa, sin duda ninguna, el momento más divertido de toda la literatura. Lo terrible se convierte en gracioso, disfrutable, y hace que uno se quede con ansias de más cosas que se le parezcan.»
Geoff Dyer
Franz-Josef Murau padece una obsesión y una especie de «complejo de lugar natal» que bien podría resumirse en un solo topónimo: Wolfsegg. Allí creció Murau, contra Wolfsegg tuvo que desarrollarse y de allí hubo de huir. Ahora, instalado en Roma, se ve obligado a volver tras el fallecimiento de sus padres y su hermano en un accidente de automóvil. El rechazo del lugar más detestado le hace comprender, no obstante, la necesidad de superar ese odio corrosivo.
Quizá pueda curarse escribiendo sobre Wolf-segg, el lugar sobre el que ahora le ha tocado poner orden, y esos apuntes llevarán el título de Extinción. Su único objetivo es aniquilar el tema del que se ocupan, dejar sin raíz ni sentido todos los significados de la palabra Wolfsegg.
Thomas Bernhard (1931-1989) fue uno de los más grandes escritores europeos del siglo XX y, además, de los más influyentes en la literatura hispanoamericana. Su estilo, su personalidad y su ferocidad lo han hecho destacar como pocos lo han hecho en las últimas décadas y su repercusión no ha dejado de crecer desde su fallecimiento. |