La primera novela de Julia Viejo, tras su exitoso debut en el cuento corto
El verano borbotea y Vera se refugia en su rumor. En el arrullo del río, en la algarabía de la vendimia, en la inquietud de los primeros besos sin sordina. Mientras garabatea me la suda en los papeles y busca por todas partes quien le explique qué pasará después de estos meses eternos, pasa el rato con un extraño hombre vestido de monja que se mueve en bicicleta, bebe de los charcos y se arroja desde las alturas.
Julia Viejo nació en Madrid en 1991. De pequeña no hacía ruido y siempre se olvidaban de que estaba ahí. Leía indistintamente cuentos, poesías y cajas de cereales. En el colegio, durante una época, se hizo pasar por su propia hermana gemela. En el instituto empezó a hacer teatro y nunca más pudo dejarlo. Su primer trabajo consistió en cuidar a unos insectos palo. Estudió Traducción e Interpretación y un Máster de Edición, trabajó en varias editoriales independientes y acabó de librera en una gran cadena. Todo le gustaba mucho, pero con el tiempo pensó que eran maniobras de distracción para no hacer lo que realmente quería hacer, que era escribir. Ha participado en la antología Cuadernos de Medusa (Amor de Madre, 2018), ha colaborado en medios como Zenda o Qué Leer y le hizo a Ana María Matute su última entrevista.