Curtis Mayfield fue uno de los intérpretes y compositores más influyentes de la historia de la música popular estadounidense. También un referente social en el Movimiento por los Derechos Civiles.
“People Get Ready” fue el himno de la Norteamérica negra en los años sesenta, mientras que su banda sonora para la película Super Fly plasmó uno de los retratos más incisivos de la vida en los guetos de los setenta. Apasionada, minuciosa, iluminadora y absorbente, Alma vagabunda es la mejor reivindicación de su enorme legado.
Nacido en la pobreza más abyecta y criado por su madre soltera en uno de los peores barrios de Chicago, Curtis Mayfield se convirtió en un prodigio musical, no sólo como cantante en un grupo de góspel, sino como guitarrista y compositor completamente autodidacta. Tras haber saltado a la fama como principal fuerza creativa del trío The Impressions y como uno de los grandes artífices del sonido «Chicago Soul», Curtis destacó también como pionero de la industria afroamericana al fundar su propio sello discográfico, desde el que produciría y compondría para numerosos artistas, como The Staple Singers, Aretha Franklin y Baby Huey. En 1970, después de más de una década de éxitos al frente de los Impressions, emprendió una carrera en solitario que le convertiría en uno de los músicos más populares de la década gracias a discos como Curtis, Roots, Back to the World y la banda sonora de Super Fly. Un trágico accidente a los cuarenta y ocho años lo dejó tetrapléjico, apartándolo de la vida pública hasta su muerte en 1999. Quizás este hecho, sumado a la discreción y el celo de su intimidad de los que hizo gala durante toda su vida, explique la escasez de bibliografía sobre su figura.
Con Alma vagabunda, Todd Mayfield enmienda este atropello narrando en vivo detalle la apasionante historia de su padre y devolviéndolo al primer plano que nunca debió abandonar.