En el centenario de su edición recuperamos esta divertida novela de Montseny, la historia de una joven en lucha contra los estereotipos de género, también en el amor.
Cien años han pasado entre la primera edición de esta novela y la que aquí presentamos. Cien años en los que la materialidad de nuestro mundo bastante ha cambiado, y muy poco las lógicas radicales de opresión que lo habitan. Contra ellas escribía la joven Federica Montseny, que en esta novela nos presenta a Clara, una profesora y militante que no solo recibe la amenaza de las autoridades sino el desigual trato de sus congéneres masculinos. Donde ellos saltan de un estereotipo al otro, ella intenta defender un horizonte de emancipación más allá del género. Diálogos y debates que no han perdido ni un ápice de su brío y que traslucen una profunda convicción en nuestra capacidad de pensar y obrar por un mundo a la altura de nuestros sueños, tanto en el amor como en la revolución. Celebrando a Federica y a todas aquellas personas que dedicaron sus energías a la lucha por la vida, nos complace bucear en la memoria de quienes nunca fueron ni serán vencidos.
«No queremos novelas rojas, ni modernistas, ni eclécticas. / Queremos novelas que expongan, bella y claramente, episodios de las vidas luchadoras en pos de una sociedad libertaria. / No queremos divagaciones literarias que llenen páginas y nada digan. Queremos ideas y sentimientos, mezclados con actos heroicos, que eleven el espíritu y fortalezcan la acción. / No queremos novelas deprimentes ni escalofriantes. Queremos novelas optimistas, que llenen de esperanza el alma; limpias y serenas, fuertes, con alguna maldición y alguna lágrima.» (La Novela Ideal, 01/10/1924)
Montseny, Federica
'(Madrid, 1905 - Toulouse, 1994) Militante anarquista, escritora, sindicalista y política. Criada por los editores de La Revista Blanca, una de las aventuras intelectuales más apasionantes del pensamiento libertario de principios de siglo, comenzó a escribir y publicar siendo una joven adolescente. Tras varias obras breves y con apenas veinte años, llegaría La victoria, su primera novela. Más de medio centenar de obras terminaría produciendo, con un nítido ánimo de intervención social que también canalizó a través de una temprana militancia en la CNT. Durante la Guerra Civil integró el comité peninsular de la FAI y el nacional de la CNT, y durante unos meses fue ministra de Sanidad y Asistencia Social. Tras la guerra, se exilió en Francia, continuando hasta el final de sus días una muy activa labor militante. '
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