No dejes que el título te engañe. Hay mucho más que un choque generacional.
Es un libro auténticamente posmoderno, en el sentido más elevado y consciente: sin cotizaciones a la deriva estériles, sin plagios que se hacen pasar por homenajes, sin ideas copiadas con la excusa de la reelaboración. Sin confusión entre arquetipos y estereotipos. Un libro de profunda inteligencia, que se mueve con astucia en áreas insidiosas, cruzando las atrevidas fronteras del cyberpunk y los abismos infernales de la investigación psicodélica.
Una distopía no muy diferente de la realidad cotidiana, un libro que parece haber sido escrito después de una consulta fatal del Estoy pensando en el futuro de nuestra empresa. El estilo proteico es apreciable, el contraste entre las locas navegaciones interiores y el gris cotidiano, la trama apasionante de la historia, que mezcla la prosa alucinada de la derivación burroughsiana con los rasgos estilísticos del noir, la parodia de los viejos tics comunistas con el testimonio muy lúcido y esclarecedor sobre la pérdida de las nuevas generaciones. Sobre todo, un libro que desborda cultura con cada línea: citas sutiles, ocultas, ocultas como regalos preciosos, sin piropos esotéricos, ni ostentación adolescente para cautivar al lector.