El mejor documental que se ha hecho sobre Corea del Norte es una historieta. El quebequés Guy Delisle cuenta su estancia en la capital coreana con un agudo sentido de la observación y la ironía.
Pyongyang es una visión realista de un país en el que la pesadilla de Orwell se ha convertido en realidad, pero todo ello tratado desde la rigurosidad del periodista, la perplejidad de un occidental y la ironía de un viajero curtido.
Guy Delisle, flemático observador de las incoherencias de este régimen totalitario, nos conduce a un extraño universo en el que la realidad oficial desafía la lógica, y dibuja, casi siempre con humor, las múltiples anécdotas que marcaron su estancia en una ciudad deshumanizada por una ideología paranoica.
Guy Delisle nació en 1966 en Quebec. Una vez culminados sus estudios de artes plásticas en Sainte-Foy y en Toronto, comienza a trabajar en 1986 en el estudio CinéGroupe de Montreal. En 1993 enseñó animación en la isla de La Reunión y en 1994 realizó un cortometraje para niños titulado Trois petits chats. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas.
De Guy Delisle, se han editado también en castellano sus trabajos más representativos, testimonio de sus viajes a Asia y Oriente Medio: Shenzhen (Astiberri, 2006), Pyongyang (Astiberri, 2005), Crónicas birmanas (Astiberri, 2008) y Crónicas de Jerusalén (Astiberri, 2011), título este que le valió el premio a la mejor obra del Salón Internacional del Cómic de Angoulême 2012 –todos ellos en Astiberri–; así como el recopilatorio de historias cortas Cómo no hacer nada (Astiberri, 2009), el cómic infantil Luis va a la playa (Faktoría K, 2010), el integral del Inspector Moroni (Astiberri, 2014) y Guía del mal padre (Astiberri, 2013-2019), donde el autor canadiense se desata con un humor que ya se anticipaba en sus anteriores cómics.