Cuando la formidable -y riquísima- Eugenia Van Brunt se casó con el buenazo de Bingley Crocker, un actor de tercera, o cuarta o quinta fila, Jimmy, el hijo de Crocker, más conocido como Piccadilly Jim, se despidió para siempre de su trabajo como periodista en Nueva York. ¿Por qué un joven tan listo como él, y con una madrastra tan acaudalada, habría de malgastar la vida trabajando? Y ahora todos viven en Londres, donde Eugenia, que alterna con las mejores familias, se ha empeñado en conseguir un título nobiliario para Bingley, que añora desesperadamente los partidos de béisbol de su tierra y detesta el cricket. Jimmy, por su parte, se ha convertido en un auténtico señorito americano en Londres, dedicado a la buena vida -o mala, según cómo se mire-, y sus hazañas comienzan a ser material de los periódicos sensacionalistas. Y más pronto que tarde, estas noticias llegan a Nueva York, y a oídos de Nesta Pett, la hermana de Eugenia Van Brunt, escritora de novelas muy densas e intensas, y también muy rica e influyente, que decide tomar cartas en el asunto. O sea, que decide entrometerse en la buena -o mala, según como se mire- vida del alegre y disipado Piccadilly Jim.