Es julio de 2020 en Seattle. Gussy lucha por mantener a flote su boutique de galletas para perros mientras una pandemia hace estragos. La soledad del cierre y el distanciamiento social llevan a su empleada Rosie a traicionar sus principios. Hissy, el compañero de piso de Rosie, se encuentra en una encrucijada personal. Surge un triángulo amoroso mientras se encuentran enredados en una red de brutalidad policial, protestas, drogas, aplicaciones de citas y caos covid. En el transcurso de unos pocos días, esta es la instantánea de una humanidad —bueno, de unos animales— en crisis.
Creado durante la pandemia como cómic online, Dog Biscuits es un reflejo de la angustia existencial que ha atenazado al mundo durante meses. Alex Graham no descuida algunos de los asuntos sociales más candentes durante este periodo, pero pone el énfasis en lo verdaderamente importante: ¿cómo nos ha afectado esta catástrofe a nivel personal, emocional y existencial? ¿Aumentará la precariedad laboral? ¿Qué importancia mantienen las causas sociales, como el feminismo o el antirracismo, ante una catástrofe de dimensiones épicas? ¿Es posible manifestar nuestros sentimientos más profundos bajo estas nuevas condiciones de vida? ¿Pueden seguir siendo para algunos las drogas y el sexo una vía de escape de la realidad y la responsabilidad? ¿Es buen momento para tomar decisiones importantes o deberíamos dejarlo todo para más tarde? ¿Qué podemos esperar del futuro? ¿Sigue siendo el amor la respuesta última a todas las preguntas?
Puede que Alex Graham no consiga responder a las preguntas, pero se ha tomado el trabajo de hacerlas y de plasmarlas con realismo y combinando el humor y el drama cuando ha sido necesario. Dog Biscuits será recordado como una de las pocas obras relevantes realizadas durante la pandemia. Y sobre la pandemia.
Alex Graham (1987) es una pintora y dibujante de Denver, Colorado, que actualmente reside en Seattle. Autodidacta y forjada en la edición, la fuerza de su trabajo reside precisamente en su calidad de inmediato y desnudo, directo y apenas elaborado en lo gráfico pero intensamente verosímil en lo argumental, gracias a unas situaciones cotidianas perfectamente reconocibles por cualquier lector.