Clásico del feminismo contemporáneo. Una sorprendente guerrilla feminista (1968-1970) cuyas armas eran los hechizos mágicos, el arte feminista y la acción directa.
Panfletos repartidos en medio de un desfile: «Nosotras, hermanas brujas del único y verdadero subsuelo, anunciamos nuestra presencia y comenzamos nuestro hechizo». Boicots y acciones callejeras, manifestaciones y ocupaciones: «Somos brujas, somos mujeres. Somos liberación. Somos nosotras. W.I.T.C.H. es también una estrategia, un medio de subversión: la brujería». Bajo las siglas de W.I.T.C.H. (Nueva York, 1968-1970) se escondía una sorprendente guerrilla feminista, precursora de las Guerrilla Girls, cuyas armas eran los conjuros y hechizos mágicos, el arte feminista y la acción directa. Citadas como uno de los más fascinantes ejemplos del activismo de los sesenta, el grupo pasó a registrarse con letras de oro en la historia del feminismo radical, aunque también representaban algo temido, salvaje y casi innombrable.
WITCH (Nueva York, 1968) fueron un fenómeno único dentro del Movimiento por la Liberación de la Mujer y, por extensión, para la propia herstory. Su actividad, sin duda alguna, fue frenética y escandalosa, pero también prodigiosa. En poco más de un año realizaron numerosas acciones, promovieron distintos boicots, firmaron varios manifiestos y desaparecieron diseminadas en el declive del estallido sesentayochista.
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